30 noviembre 2015

El caso Primark

Después de este fin de semana de compras masivas, de búsqueda de gangas, es increíble como engañan las tiendas. Desde aquella que sube los precios la semana anterior para rebajarlos a bombo y platillo y dejarlos como estaban, diciendo que están de “rebajas”. A aquella que insiste e insiste en que tiene los precios más bajos del mundo, pero que entras en Amazón y encuentras que ni mucho menos… Es un problema de costes. Los costes generales para mantener una tienda son muy elevados y la lucha de precios la gana quien, o bien produce muy barato, o bien reduce al máximo los costes y los márgenes…
Lo terrorífico es que si analizas las compras que hayas hecho estos días, no se queda España nada de nada. La mayoría de los productos electrónicos han sido importados, te los ha vendido alguien por Internet que no paga en España ya que tiene su central fuera. España solo se ha ido quedando con el IVA, pero se ha producido fuera, luego más déficit externo que hay que financiar…
Tras esta avalancha de compras, conviene estudiar el caso atípico de Primark. ¿Cómo puede triunfar? Es por precio, que la gente anda muy “achuchá”…

Primark, un rival de mucha talla

La cadena irlandesa gana peso en el mercado de venta de ropa a bajo precio

Pese a ser poco fashion, Primark no deja indiferente a sus rivales. No solo a los que están en el segmento del bajo coste puro y duro, sino también a los del sector medio. Y es que la cadena irlandesa, que semultiplica a buen ritmo a lo largo y ancho de Europa, merece no ser subestimada. Si Zara supuso toda una revolución en el mercado de la moda e Inditex, su matriz, rediseñó de arriba a abajo el modelo de la industria a escala global; Primark amenaza con volver a romper los moldes y encabezar otra revolución.
“Ahora mismo es la empresa de moda que está creciendo más rápido en el mundo”, dice Gerard Costa, profesor de marketing de Esade. La empresa, cuya primera tienda fue abierta en 1969 en Mary Street, en Dublín, cuenta hoy con 293 grandes establecimientos en 10 países de Europa y en EE UU, facturó 6.905 millones de euros en 2014. Sus volúmenes de venta son llamativos: 200 millones de camisetas y 350 millones de pares de calcetines el año pasado.
Primark, además, no es una mera cadena low cost. Aún cuando muchos la consideran un hipermercado de ropa, a la firma se enmarca en el llamado cheap and chic. Cierto que ofrece los precios más bajos del mercado, pero su ropa tiene moda y estilo, el suficiente para que los millones de visitantes que acuden a sus tiendas sucumban al impulso de comprar. Vaqueros por ocho euros, camisetas a 2,5 euros, etcétera… Se puede salir vestido por menos de 50 euros. La cadena es barata pero no precisamente original: ganó fama con su bolso inspirado en el Ava Bag de Chloe que vendían por ocho euros y también con una chaqueta militar que vendían a 17 euros y que era parecida a una de Balenciaga que costaba 1.172 euros.
Para ser una cadena barata despierta pasión entre sus fans (así se les llama en la casa), que han abierto incluso grupos en Facebook para alabar sus virtudes. Esta ha sabido crearse una marca tan potente como un imán. En la inauguración de la macrotienda de Madrid, en la Gran vía (la primera a pie de calle, fuera de un centro comercial), el pasado septiembre, hubo colas kilométricas en la que muchos clientes pasaron la noche en vela para acceder los primeros. Pero igual ocurrió en la apertura de su tienda de Boston. También hubo interminables colas y la prensa local cubrió el asunto como si fuera una gala de los Oscars.
España, que funcionó como el laboratorio piloto de la firma, ha tenido un papel decisivo en el crecimiento y aceptación de Primark. La reacción del público español desde su llegada en 2006 ha sido tan entusiasta que las tiendas llegaron a vender más por metro cuadrado que las de Reino Unido. No era de extrañar que la compañía, filial de Associated British Foods, abriese una de cada tres nuevas tiendas en España. Entre 2010 y 2015, pese a la crisis, la cadena pasó de 19 a 41 establecimientos. Recientemente la empresa anunció que quiere doblar su presencia en el mercado español con la apertura de macrotiendas en las mejores zonas comerciales de Barcelona, Valencia, Bilbao o Palma de Mallorca.

Tras los grandes

Primark no para de estrechar la distancia que la separa de los gigantes Inditex y H&M. Aunque a escala mundial factura la tercera parte ambos competidores, en España superó en 2014 a la cadena sueca con 972 millones de ventas frente a los 600 millones de H&M. La facturación del grupo irlandés supuso un aumento del 36% con respecto al 2013. Esto empieza a inquietar a los rivales. No solo a H&M, que ve como le arrebata mercado, también a Inditex en su propia tierra. Pese a que facturó 3.442 millones de euros en España el año pasado, eso solo fue un 3% más que en el año anterior: un impulso mucho menor si se lo compara con el de su rival irlandés. Además, mientras Primark no paró de abrir tiendas, Inditex cerró un centenar de las suyas mientras abrió más de 1.700 en el mundo entre 2010 y 2015.
Además, Primark vende más pantalones, camisas y chaquetas que nadie. Según Kantar World Panel, la firma tenía en julio de este año el 8,6% del mercado de bajo coste. Las demás enseñas del segmento: Kiabi, Shana y Lefties, tenían solo el 2,4%.
La cuestión es si Primark se mantendrá como una firma low cost, recluida en ese nicho, o avanzará sobre otros segmentos. Daniel Galván, de GBS Finanzas, especialista en el sector de moda, cree que no hay vuelta atrás: “La gente se acostumbra a rotar vestuario y le importa menos la calidad, así que el precio seguirá siendo decisivo”. ¿Podrán entonces los demás seguir cobrando más caro si se puede encontrar en la firma irlandesa artículos similares un 30% o 40% más baratos? Primark irrumpió en un negocio que ya había logrado rebajar los costes al mínimo, por lo que tenía que darle otra vuelta de tuerca para ser competitivo. La firma apenas tiene un equipo de diseño y busca constantemente los proveedores más baratos. Además, se centra en prendas básicas y sencillas.
Julián Villanueva, del IESE, ha realizado un estudio sobre la compañía y concluye que la empresa “busca productos con diseños sencillos y materiales baratos que no encarezcan la prenda sin necesidad y tengan una calidad razonable”. Costa, de ESADE, añade otra clave, “no crear rechazo por el diseño, de modo que cualquier consumidor de Zara o H&M se encuentre a gusto con la mayor parte de sus productos”.
Y luego están sus tiendas, las más grandes. La media está en los 3.000 metros cuadrados (Zara, 500 metros), pero las hay de más de 12.000 metros como la de Madrid, la segunda más grande. Dentro hay poca atención a los clientes pero a cambio tiene 131 cajas y 90 probadores para evitar colas. La gran ventaja de estas tiendas es que permiten una de las rotaciones más altas del sector, “seis semanas de media” según Villanueva. Añade el experto que la tienda es como “una locomotora para un centro comercial, puede negociar mejor los alquileres”.
Algunos analistas consideran que Inditex no tendrá más remedio que mejorar sus precios o potenciar su marca Lefties. Varios años después de su lanzamiento, la cadena low cost del grupo sigue teniendo solo 103 tiendas. Primark, además, no tiene intención de quedarse parada. La cadena ha anunciado que va a centrarse en los emplazamientos más urbanos y también está tratando de incorporar más moda a sus tiendas y mejorar sus locales. “Ha fichado a interioristas para concebir espacios más atractivos y eficientes”, dice Villanueva. Todo para poner las cosas más difíciles a sus rivales.
Pienso que el modelo es una consecuencia porque LA variable en que la compañía sustenta su razón de ser es el precio, y el hecho de que sus ventas hayan aumentado el 81% en cinco años pone de manifiesto que para un número creciente de personas el precio se ha convertido en LA variable –la única– a contemplar y  así va a seguir.
Partiendo de la base de que vestirse en necesario –al igual que comer– la compañía ha apostado por lo básico ofreciendo lo máximo que se puede obtener por el precio que se paga; y con esa filosofía va a continuar. Y pienso que acierta porque crecientemente el grupo de personas que podrán pagar poco va a ir en aumento –en España y en todas partes– y esa demanda de bienes necesarios va a tener que ser cubierta; lo que tiene un corolario: a medida que ese número de consumidores vaya pudiendo pagar menos, estructuras como las de Primark van a ir a más.
Y de todo ello se deduce algo obvio: la evolución de esta crisis está creando una sociedad escindida parte de la cual es un colectivo enorme y creciente con un poder adquisitivo menor y limitado, posiblemente reducido, en muchos casos, a los ingresos que permita la Renta Básica que finalmente tendrá que ser implementada. Es decir, las estructuras tipo Primark serán cada vez más necesarias , por lo que si no existiesen tendrían que ser inventadas.
Abrazos,
PD1: Es complejo, pero muy simple. Pensamos que solo nosotros somos capaces, ¡qué gran mentira! Espero te sirva: "Dios es solo amor, puro amor que provee. Él nos ama más de cuanto nosotros mismos amamos y sabe cuál es nuestro verdadero bien", Papa Francisco. Dios provee, no hay que andar todo el día pensando en el futuro… Él sabe lo que necesitamos y nos lo da. Nosotros, con nuestras fuerzas, poco podemos. Pero hay que intentar cambiar las cosas, no hay que caer en un falso providencionalismo.

27 noviembre 2015

la productividad de España

No hemos hecho más que normas y leyes, pero no conseguimos que mejore nuestros esfuerzos productivos…

Productividad abandonada

Se acercan las elecciones y, con ellas, resurgen debates olvidados. Se vuelve a hablar de modelo productivo, de cambio estructural, de productividad. Pero, ¿qué es la productividad? Podemos definirla de forma simple como una medida de la eficiencia en la producción. La productividad se refiere de esta forma a la cantidad de producto final (output) que podemos producir dada una determinada cantidad de inputs. Habitualmente en una economía asumimos que los inputs son el trabajo y el capital, es decir, que podemos crecer aumentando la cantidad de trabajo, aumentando la cantidad de capital o aumentando la productividad. El objetivo de este artículo es ver qué ha ocurrido con la productividad en España.
La primera medida de productividad que se suele usar es la llamada productividad del trabajo, que no es otra cosa que la producción por trabajador o, visto de forma un poco más refinada, la productividad por hora trabajada. Se calcula simplemente dividiendo la producción total (el PIB) entre las horas totales trabajadas. Pues bien, desde el año 1995 hasta el inicio de la crisis no ha subido apenas la productividad por hora en España, y se ha producido una gran divergencia con respecto a otras economías avanzadas. Entre 1995 y 2007, la productividad francesa subió un 23%, la alemana un 22% y la española un 3%.
Esta medida, sin embargo, puede ser algo confusa: dos países pueden tener una misma tecnología productiva pero diferentes niveles de productividad laboral, lo cuál indicaría un uso más intenso del capital en el país con la productividad laboral más alta. O dicho de otra forma, basta con que se destruyan los empleos menos productivos (como los temporales en el caso de España) para que suba la productividad por hora trabajada. Por este motivo, los economistas gustan más de usar lo que se llama la Productividad Total de los Factores (PTF), que mide como varia la producción si mantenemos constantes el nivel de empleo y capital usado. Es decir si conseguimos subir la PTF quiere decir que, usando los mismos trabajadores y las misma cantidad de capital seríamos capaces de producir más. A largo plazo, la cantidad de horas que se puede trabajar por persona, el número de personas y el nivel de capital están todos limitados. Por ello, la clave para progresar como país es aumentar la eficiencia en el uso de nuestros factores productivos, es decir, que crezca la PTF. Desgraciadamente, como podemos ver en el gráfico siguiente, España no ha apostado tradicionalmente por este tipo de crecimiento: ha sido el único país que ha reducido su PTF durante el anterior ciclo de crecimiento (1995-2007). En otras palabras, el famoso milagro español supuso que, con los mismos trabajadores y el mismo capital, produjéramos menos bienes y servicios cada año.
Es tiempo de elecciones, tiempo de abrir la veda a nuevas propuestas, tiempo de reformar y reformarnos. Diferentes partidos están proponiendo su receta para el cambio, pero si en algo deberíamos estar todos de acuerdo es que cada uno de estos programas económicos debería ir enfocado a aumentar nuestra productividad, y más concretamente, nuestra PTF. Esperemos que no continue siendo la gran abandonada. Ahora bien, ¿qué factores están detrás del incremento de la productividad total de los factores?
La investigación académica identifica el capital humano como uno de los aspectos clave. Nadie pone en duda que cuanto más educados y mejor estén formados nuestros trabajadores más productivos serán. Aquí tenemos un problema clarísimo, lo miremos como lo miremos. En primer lugar, como podemos ver abajo, España ocupa el primer puesto en abandono escolar temprano de todos los países industrializados.
Otro indicador interesante para comparaciones entre países es el porcentaje de la población que tiene estudios secundarios o superiores. Como se puede ver en el siguiente gráfico, desgraciadamente España vuelve a estar a la cola; tan sólo el 55% de la población tiene educación igual o superior a la secundaria completa.
En esta dimensión también es clave ver que ha pasado con el gasto en Educación y en I+D durante la crisis. Entre 2009 y 2013 se ha reducido el gasto en Educación un 16,5% y el gasto en I+D en un 10,8%. Es decir 8918 millones de euros menos en educación y 1576 millones de euros menos en I+D. En Alemania, Francia, Italia y la Unión Europea en su conjunto ha aumentado el gasto en I+D como porcentaje del PIB y los recortes en educación han sido mucho menores.
La segunda dimensión importante es la eficiencia de nuestras instituciones. Empecemos con el mercado laboral. Aquí tenemos claramente dos asignaturas pendientes. Por un lado, no podemos continuar siendo uno de los países industrializados con la mayor tasa de temporalidad. Actualmente, a pesar de la destrucción de más de 2 millones de empleos temporales entre 2008 y 2013, tenemos una de las tasa más altas de temporalidad de la OECD y vamos camino de coronar el podio si la recuperación del empleo continúa llegando de la mano de la precariedad laboral. La temporalidad es injusta para el que la sufre debido a su inseguridad laboral y al mismo tiempo, muy ineficiente para la productividad. La alta rotación laboral diluye los incentivos a invertir en formación específica de la empresa, tanto por parte de los trabajadores como por los empresarios. ¿Por qué invertir en la formación de un trabajador que en un año ya no estará ahí? ¿Por qué me voy a pagar ese curso que necesito para subir dentro de la empresa si me acaba el contrato en seis meses y en otros trabajos probablemente no me sirva de nada? Claramente, si queremos mejorar la productividad debemos acabar de una vez por todas con la lacra de la temporalidad.
Por otro lado tenemos el paro de larga duración. Como pusimos de relieve recientemente en este medio (ver aquí) tenemos 2.3 millones de trabajadores que llevan en paro más de dos años. Urge tener unas políticas activas de calidad que inviertan en ellos, reciclando sus habilidades profesionales, y les ayude a buscar empleo.
Si analizamos la productividad por tamaño empresarial también encontramos hechos relevantes. En primer lugar, como podemos ver en el siguiente grafico, cuanto mayor es el tamaño de la empresa mayor es su productividad. Es decir la productividad tiene rendimientos a escala. En España tenemos muy pocas empresas en comparación con otros países europeos y por lo tanto, nuestra productividad para el total de las empresas es menor. Si queremos mejorar la eficiencia de nuestro sistema productivo es vital que nos preguntemos porque en España las empresas no crecen y que podemos hacer para que lo hagan.
Otro aspecto muy relevante para la productividad y que, por desgracia, suele estar ausente en el debate público es la competencia. La competencia mejora la productividad. A través de la selección natural de las empresas entre los productores o las empresas con distintas tecnologías o niveles de productividad (¿recuerdan a Darwin?). La competencia hace que sólo sobrevivan las empresas mas eficientes o mas productivas, es decir, aquellas que son capaces de producir a un menor coste y por lo tanto, ofrecen productos a precios más bajos a los consumidores. En un entorno competitivo, las empresas tienden a arriesgar más, a llevar a cabo inversiones mayores para mejorar su productividad. Inversiones que mejoren la eficiencia del capital físico, pero también del capital humano (educación, formación especifica).
Cuando no hay competencia, cuando tenemos excesiva concentración del mercado o cuando hay sobrerregulación o regulación cuyo propósito es trabar la entrada de nuevos competidores, las empresas aprovechas su posición de dominio del mercado, lo que se traduce en benéficos extraordinarios gracias precios excesivamente altos para los consumidores, y a su vez, en un entorno poco propicio para la inversión productiva. Este es otro elemento que solemos olvidar cuanto mayor es la competencia entre las empresas menores son los precios que pagamos los consumidores.
Existen dos elementos que solemos olvidar cuando hablamos de competencia y de competitividad. Uno es la economía sumergida y el otro es la corrupción. La economía sumergida genera una competencia desleal con las empresas que se comportan de forma regular, frenando su crecimiento o sus proyectos de inversión. La corrupción, actúa como un impuesto o un coste adicional de producción, reduciendo la eficiencia general de la economía y, en muchos casos, rompiendo el proceso de la selección natural de las empresas, eligiendo a sus supervivientes por razones ajenas a la meritocracia empresarial. En España tenemos una de las economías sumergidas más grandes en relación al PIB de Europa. De la corrupción, mejor no hablamos.
Hacer comparaciones internacionales de competitividad es complejo. Pero España esta siempre situada muy abajo en todos los rankings internacionales. El World Economic Forum elabora uno de los índices más utilizados con dicho propósito, el Índice Global de Competitividad, en el que compara la gran mayoría de países del mundo en distintos aspectos que influyen en la competitividad. En el índice global nos encontramos en el puesto 35, pero debajo de esta cifra, que es en si misma baja para una economía del peso de España, encontramos gran disparidad en nuestros puestos en los respectivos rankings. Tenemos una gran red de infraestructuras (puesto 9 en el mundo) y acceso a un mercado común de gran tamaño (la Unión Europea). Pero a nivel institucional nuestra competitividad deja mucho que desear (73) y la baja eficiencia de nuestros mercados de bienes (75), financiero (91) y laboral (100) es verdaderamente preocupante. El entorno macroeconómico no ayuda (¡puesto 121!).
Otros dos indicadores internacionales nos dan pistas de que está fallando, especialmente cuando nos comparamos con otros países del club de los países desarrollados. El Banco Mundial elabora el Índice de Facilidad para Hacer Negocios ( Ease of Doing Business) donde nos sitúa en el puesto 33 del mundo. Paralelamente la OCDE realiza el Índice sobre Barreras al Emprendimiento, que sitúa a España como uno de los países donde hay mas barreras para el emprendimiento. Nuestra legislación complica el proceso de creación de empresas, vital para el proceso de destrucción creativa que impulsa el avance de la productividad.
Nuestro país tiene un problema de productividad. Un problema que se pone de relieve en todas las comparaciones internacionales y que nos acompaña desde hace decadas. Durante la crisis se han recortado partidas que clave para la productividad y el crecimiento a largo plazo tales como la Educación o la I+D. Hemos visto también como la reforma laboral se centraba exclusivamente en la (necesaria) devaluación interna, dejando de lado medidas contra la temporalidad o el paro de larga duración, tan necesarias para mejorar nuestra productividad. Tampoco parece que haya hueco en los programas económicos para medidas que faciliten la creación de empresas o su crecimiento e internacionalización. En este sentido es sorprendente que se hayan paralizado o no completado leyes que hubieran ayudado a mejorar la eficiencia de nuestro sistema económico, y todo ello sin una justificación razonable. Sirvan como ejemplo:
- La Ley de Servicios Profesionales que liberalizaría muchas profesiones eliminado barreras de entrada y reduciría cargas administrativas innecesarias. Fue retirada el pasado mes de marzo.
- La ley de Registro Civil, que permitiría agilizar los trámites de creación de empresas, y entre otras cosas podría garantizar la gratuidad de los servicios de inscripción de nacimientos, defunciones, matrimonios y divorcios. Aparcada hasta junio de 2017.
- La famosa racionalización del calendario laboral, que proponía situar los festivos en lunes o viernes para eliminar los improductivos macro-puentes, también se ha quedado en el tintero.
- La Reforma de los Organismos Reguladores es también sustancialmente mejorable. Es un ejemplo de la falta de calidad institucional. Quedan dos aspectos pendientes, la independencia del Gobierno y la transparencia y calidad en el proceso de toma de decisiones. La reforma cambió todo hacia un modelo de regulador único y el veredicto es que funciona igual de mal que el modelo anterior. Por no decir que el modelo ya nació viciado cuando se optó por cesar a los consejeros con mandato en vigencia. La imposibilidad de cesar a un consejero antes del fin de mandato es un elemento de independencia básico que no se ha respetado.
- La Reforma del Sector Eléctrico presenta fallos institucionales claros. España es el único país de la zona euro y probablemente de toda la UE donde es el Gobierno y no el Regulador quien fija los precios. El resultado es un déficit de tarifa que está cerca de los 30.000 millones de euros. Para pararlo se opta por recortes en los sectores regulados, principalmente en las renovables, dañando así la reputación de cara a los inversores internacionales. No podemos olvidar que en este momento España tienen abiertos 20 procesos de arbitraje internacional.
En definitiva, hemos abandonado la implementación de una la política económica basada en la productividad. La productividad es un problema solucionable que parecemos no querer solucionar. Confiemos que el ejecutivo que salga de las urnas el próximo 20 de diciembre se lo tome en serio y consigamos modernizar nuestro país de una vez por todas.
Abrazos,
PD1: Acaba el año con más afiliados pero, como se cobra menos, se ingresa menos de lo pensado…
PD2: sin trabajo y sin estudios…
La última Encuesta de Población Activa (EPA) muestra que en España hay 1.549.300 personas de 16 a 29 años que son ninis, una situación a la que se han incorporado 244.200 personas en el tercer trimestre.
El número de jóvenes ninis, aquellos de entre 16 y 29 años que no estudian ni trabajan, ha repuntado en el tercer trimestre del año y triplica ya al de sisis, los que, por el contrario, compatibilizan un empleo con sus estudios.
La última Encuesta de Población Activa (EPA) muestra que en España hay 1.549.300 personas de 16 a 29 años que son ninis, una situación a la que se han incorporado 244.200 personas en el tercer trimestre.
Por su parte, entre julio y septiembre había 511.100 jóvenes sisis, 66.200 menos que en los tres meses anteriores, una caída que se produce de manera habitual cada año, entre otros motivos, por el fin del curso escolar al llegar las vacaciones de verano.
Ambos colectivos se han reducido durante la crisis, en línea también con los descensos que ha experimentado la población juvenil residente en España, que ha menguado en más de un millón y medio de personas desde 2008, principalmente por un descenso demográfico y por la emigración de muchos de ellos al extranjero.
Así, en la actualidad el número de ninis se ha reducido un 20% respecto a los 1.942.400 que había en el tercer trimestre de 2009, momento en el que alcanzó su máximo y desde el cual su número se ha ido reduciendo año tras año, aunque recuperándose siempre durante el periodo estival.
Del total de 1.549.300 ninis que había en el tercer trimestre del año, dos de cada tres estaban en situación de desempleo (994.800) mientras que el resto eran inactivos (554.600), es decir, que ni siquiera estaban buscando un trabajo.
El número de ninis aumenta en función de su edad, de forma que casi la mitad de ellos (705.200) tenían entre 25 y 29 años.
En cuanto a los sisis, habría que remontarse al año 2005 (el primero que proporciona el histórico del Instituto Nacional de Estadística) para encontrar su número máximo, con 1.133.700 jóvenes que estudiaban al mismo tiempo que trabajaban.
Esta cifra apenas menguó hasta el segundo trimestre de 2008, cuando había 1.055.300 sisis, el doble que en la actualidad, y desde entonces se ha ido reduciendo año tras año y con mayor intensidad a partir de 2011.
Según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Tendencias globales del empleo juvenil 2015, la proporción de jóvenes europeos que no trabajan ni estudian (que en este caso incluye a los de 15-24 años) aumentó drásticamente en 2010 en el contexto de la gran recesión en la mayoría de las economías desarrolladas.
No obstante, las proporciones de ninis en la UE empezaron a reducirse desde el punto máximo (13,1%) registrado en 2012 al 12,4% en 2014, advierte el informe.
En el caso de España y teniendo en cuenta los datos que proporciona el INE, la proporción de ninis asciende en la actualidad al 23,23% de la población juvenil de entre 16 y 29 años, aunque, al igual que la europea, la tasa también se ha reducido desde el máximo de 2012 (25,62%).
En el caso de los sisis, su porcentaje se ha situado este año en el 7,6% de la población juvenil y se ha visto muy perjudicado en el transcurso de la crisis económica, desde que alcanzó su máximo en el año 2007 (10,7%).
PD3: Cuidar las cosas pequeñas nos ayuda a ser humildes. Hacer lo insignificante con amor, elevarlo, pensar en cada tarea, por muy pequeña que sea, de forma sobrenatural. Hacer las cosas bien hechas es como si estuvieras rezando al hacerlas…

26 noviembre 2015

España

Es desesperante ver como se está quedando España. Tras la fuerte crisis de deudas vivida, lejos de experimentar un cambio de formas de hacer las cosas, se profundizan. Sí, ya sé que crecemos, rebotamos después de la fuerte recesión vivida. Seguimos gastando mucho más de lo que ingresamos, generando un déficit público de casi el 5% (50.000 millones de euros al año) y una deuda pública acumulada de 1.000.000 millones de euros que tendrán que pagar nuestros nietos… Pero no es de economía de lo que te quiero hablar. Hoy te quiero escribir de cosas que siempre me han dicho que no cuente, de política…
Esa España corrupta que descubrimos hace unos años sigue igual. La corrupción sigue estando en el ambiente, no se ha atajado suficientemente. Se ha terminado por aceptar... La financiación irregular de los partidos políticos no ha sido castigada. Se han destapado casos en todos los partidos, unos más que otros, y no se ha metido tijera. Siguen las mismas personas a cargo, se ha corrido un velo, pero lo más sorprendente es que la gente olvida, no ha pasado nada, les vuelven a votar como si no hubieran hecho nada. Y a los empresarios que pagaban por conseguir contratos públicos, esos ni se les han acercado…, siguen siendo los mismos, dispuestos a volver a pagar cuando haga falta.
Los jueces, con sus carreras profesionales en manos de los políticos, no ejercen la labor de purga, ni se les espera. ¿Por qué tanta impunidad, por qué no se juzga con más rapidez e igualdad? ¿Por qué esa diferencia de casos, unos en el trullo y otros de rositas? ¿Por qué los contribuyentes somos malparados si nos equivocamos, y los políticos salen indemnes?
Cada día en la prensa nos vamos enterando de más cosas, pero todo da igual, ya se sabe que los nuevos casos no mueven ficha, no afectan a nadie. Qué distintos somos los españoles de otros países europeos, qué cantidad de cosas hemos tragado, cuando en otros sitios las dimisiones o ceses habrían sido fulminantes…
Las reformas, la austeridad, la devaluación interna ha servido para repartir el poco trabajo que hay. Se han creado muchos empleos muy mal pagados, precarios, ser un mileurista es ser una bendición, cuando con los precios de alquileres no se puede apenas vivir. Siguen creciendo el número de ni-nis (uno de cada cuatro jóvenes), de los que han tirado la toalla ya que no tienen trabajo, ni estudios…, ni posibilidades.
Los extranjeros salen de España, pero muy pocos españoles se atreven a emigrar, se sigue tirando de los ahorros, de la familia, para sobrevivir.
España vive, como otros muchos países, un problema de valores, un materialismo consumista que prima el yo, frente al otro. La televisión basura es uno de los grandes problemas, donde se pone de modelo a unas actuaciones que no deberían ser ejemplo, ya que la gente todo lo copia. Ese afán por triunfar, ese afán consumista, ese querer ser como los famosos, esto no es bueno.
Además no se arregla el botellón, los jóvenes campan a sus anchas dejando todo desastrado, con consecuencias para la salud severas, sin que las autoridades le pongan remedio. Somos capaces de regular todo, de prohibir todo, pero no somos capaces de cambiar la sociedad.
La ley del esfuerzo, el que se reconozca el esfuerzo como valía… esto es otro imposible; seguimos con la política de colocar al amiguete, del enchufismo, del compadreo…
No te quiero entrar en el tema catalán ya que es exasperante, síntoma de que si no se hace nada para cambiar las cosas, éstas se deterioran…
La política debe servir para cambiar las cosas. Los presupuestos generales del Estado mueven casi la mitad de lo que se genera por parte de todos los españoles. Pero no se toman medidas oportunas, no se hace apenas nada.
Ahora nos toca votar de nuevo. Lo que yo le pido a los políticos no es: ni ser SERIOS como dicen unos, ni ser GUAPOS como pretenden otros, ni ser PROGRES como solución; les pido ser BRILLANTES, ser trabajadores, ser honestos, estar volcados en su labor, y tratar de mejorar y cambiar este país. Vocación de servicio público.
Odio esa partitocracia española, esa sensación de que los políticos entran para ganarse la vida en el trabajo de político, esa sensación de que España es una gran empresa de colocación de personas, de políticos…, donde salvo contadas excepciones, se vislumbra la poca capacidad generalizada, la poca inteligencia…, donde aunque se destaque, el líder y su poderoso dedo, decide quién sí y quién no…
Hay que hacer muchas cosas, faltan tantas reformas, falta tanto por hacer, que la inacción es desesperante. Prefiero votar a alguien con el que no comulgo al 100%, que no participo por entero de sus ideas, pero que sea brillante y que haga cosas, que venga con ganas, con nuevas ideas, con afán de cambiar las cosas que van mal, de mejorar el país… Hay que votar con ilusión, al que enseñe más ilusión y más ganas… Si no nos gobierna alguien con mucha ilusión y con muchas ganas, iremos de ala…
Ya sé que no te voy a cambiar, que tienes tus propias ideas y haces muy bien en tenerlas, pero permíteme que te cuente mis pesares, que te diga mis preocupaciones y esa sensación de que vamos a peor, que si no cambiamos España seremos responsables de nuestras decisiones…
En fin, no sirve el “esto es lo que hay” el “qué le vamos a hacer”, no podemos conformarnos con lo que tenemos, hay que ser utópicos y esperar una España mejor. No podemos dejar a nuestros hijos y nietos esta España corrompida y sin valores. Un abrazo
PD1: A ver si nos aclaramos un poco, ¿en qué quedamos con el no nacido existe, o no es nada? ¿Es hijo, o no es hijo?
Por supuesto que es un hijo de su padre y de su madre. Es un ser vivo que siente, que está creciendo, que oye, que reconoce a su madre en la tripa, que da patadas, que se mueve, que le quieren ya sus padres aun sin haber nacido…
Pero aún así, los matamos, o no cambiamos las leyes para evitarlo…No es un tema de derechas o de izquierdas, es un asunto científico. Hay que ayudar a la madres embarazadas que no pueden mantener a su hijo, hay que cambiar esta horrible tendencia… ¡Qué poca vergüenza!

25 noviembre 2015

sobran muchos empleos con las nuevas tecnologías y robots

Los van a hacer los robots que se inventen, las impresoras 3D y tal…
¿Nos robotizaremos mucho más en el futuro y sobrarán muchos empleos…
Bank of England's chief economist Andy Haldane joined the worry over robots parade. Eighty Million US Jobs at Risk from automation says Haldane.
Speaking at the Trades Union Congress in London, Bank of England chief economist said 80 million U.S. and 15 million U.K. jobs are in danger of being taken over by robots.
Haldane added the jobs that are most at risk from automation tend to have the lowest wage. “In other words, technology could act like a regressive income tax on the unskilled. It could further widen income disparities,” he said.
“Yet the smarter machines become, the greater the likelihood that the space remaining for uniquely-human skills could shrink further,” Haldane said. He said what was previously unthinkable even a decade ago is now reality, like a driverless car.
Being a central banker, Haldane further pointed out that the narrowing of slack is having less impact on wages than in the past. “That might arise because technology has made it easier and cheaper than ever before to substitute labor for capital, man for machine,” he said.
Jobs at Risk
"Regressive Tax on the Unskilled"
The idea that technology is a tax on anyone is ridiculous. Technology always has, and always will enhance quality of life, with the exception of war-mongering technology.
What is clearly a regressive tax on the poor is central banks' efforts to force inflation in a deflationary world.
Abrazos,
PD1: El mejor ejemplo, el avance que se espera en las impresoras 3D:

What If 3D Printing Was 100x Faster? | TED Talks

Major change is underway in manufacturing and supply chains.  China’s slowdown has exposed the myth that its demand would support ever-increasing production of commodities such as metals and oil.  As the Financial Times reported yesterday:
“Back in the summer, Glencore’s combative chief executive Ivan Glasenberg led a chorus of mining executives in blaming speculative funds for driving down the price of metals, despite what they claimed was strong demand.
“Four months later there is still no end in sight for the price collapse, even as those same miners have cut production in an effort to tighten supply. Commodity indices are now trading down at the levels they were before the China-driven supercycle started in the early 2000s”
This, of course, is the Great Unwinding of policymaker stimulus in action.  It raises major questions for any business seeking to adapt to the New Normal world, as we plan to cover in the 5 Critical Questions Study with ICIS.
As a result, companies need to look for new business models, which will allow them to innovate and grow their businesses, without taking on enormous financial and market risk.  Instead, they need to be able to develop small-scale pilot projects, which can then be rapidly scaled up when successful:
One answer to this for businesses operating batch processes is to move to continuous processing.  ICIS Innovation Award-winner NiTech Solutions (where I am chairman) is one example of this trend in action, with major companies such as Bayer now undertaking detailed appraisal work
Another key area is the rapidly developing world of 3D printing.  This is sparking a supply-chain revolution, where automotive and aerospace manufacturers are moving towards a manufacturing model where spare parts are printed locally to order, rather than held centrally for years in warehouses
Aircraft manufacturer Boeing already makes several hundred types of aircraft parts using 3-D printing, including air duct components, whilst miners such as Rio Tinto and Iluka are also know developing new technologies that will, for example, lower the cost of producing titanium dioxide and make it affordable for 3-D printing
One exciting feature of these developments is that the pace of change is accelerating, as this TED talk from Prof Joseph DeSimone highlights.  He describes how 3D processes are now speeding up quite dramatically – with targets of being 25x – 100x faster that currently.
His talk also highlights how 3D processes are close to being able to use polyesters, polyurethanes and other common materials.  This confirms yet again that companies who focus on building new business models to exploit these new technologies will likely be big winners in the New Normal world.
PD2: España sigue reduciendo su industria… Algo más de industria necesitamos para salir del hoyo.

Cinco propuestas para que España vuelva a tener industria

En el año 2000 la industria representaba el 19% del PIB español, hoy en día apenas supone el 16% y si se elimina la industria energética su peso es solo del 13% del PIB. La Comisión Europea quiere que en el año 2020, el sector industrial en los países comunitarios represente como mínimo del 20%.
Sin embargo, las empresas del sector del metal –que suponen la mitad de toda la producción industrial– no ven posible lograr este objetivo. “Tal y como estamos ahora y si no se hace nada, en España eso es prácticamente imposible”, ha asegurado hoy el secretario general de la patronal metalúrgica (Confemetal), Andrés Sánchez de Apellániz. Esta asociación empresarial ha hecho llegar a los partidos políticos sus propuestas para reindustrializar España, entre las que destacan cinco concretas:
1. Planes para estimular la demanda. El próximo Gobierno que salga de las elecciones del 20D, “debería aprobar más planes de incentivos como el Plan Pive para la renovación de los automóviles; con este tipo de planes el Estado ingresa más de lo que se gasta”. En concreto, la patronal del metal consideró que el plan que más beneficios supondría para la industria en general sería uno que incentivará la rehabilitación integral de la vivienda (interiores y fachadas). Si bien desde Confemetal han señalado otros planes para renovar los electrodomésticos o la maquinaria industrial.
2. Reducción de cotizaciones sociales. “El principal obstáculo ahora mismo para la contratación en el sector industrial es el coste laboral, fundamentalmente las cotizaciones sociales; asustan mucho más que el coste del despido”, ha asegurado el presidente de Confemetal y de Cepyme, Antonio Garamendi. Según recuerda el número dos de CEOE, las cotizaciones sociales en España son un 30% más caras que la media europea, ya que ascienden casi al 35% del total del coste que un empresario paga por sus trabajadores.
Una eventual rebaja de estas cuotas tendría una segunda derivada, según Garamendi, y es que “ya no se tendría que estar hablando de tanta moderación salarial”. Así se ha mostrado convencido de que una parte de lo que se ahorrarían los empresarios en cotizaciones iría a para a salario real del trabajador. “Así nos lo exigirían con toda seguridad en las mesas de negociación de los convenios”, ha insistido el presidente de Confemetal.
En materia laboral demandan también flexibilizar y simplificar la contratación; combatir el absentismo –que según advirtieron está repuntando–;modernizar la negociación colectiva y reconocer el papel de patronal y sindicatos.
3. Cambiar el sistema de formación. La reforma del sistema de formación de ocupados puesta en marcha recientemente “no va a funcionar y eso lo vamos a ver muy pronto”, aseguraban hoy  en Confemetal. Las empresas de este sector industrial reclaman que prácticamente todo el sistema funcione como lo hace ahora la parte de la formación que se bonifican directamente las empresas. En su opinión, el Estado debería renunciar a la recaudación del 0,6% de la cuota de formación que pagan las empresas y al 0,1% que pagan los trabajadores por este mismo concepto. En su lugar, “que cada empresa acuda a donde quiera para formar a sus empleados y luego se deduzca ese coste”, ha explicado Garamendi.
En opinión de esta patronal, en la industria en general, “la formación es el mayor factor de competitividad que hay y son las empresas y no el Servicio Público de Empleo (SEPE) el que sabe que es lo que necesita para formar a sus trabajadores”, insistió el presidente de Confemetal y de Cepyme. Y destacaron que “ya se dan bastantes casos en los que se frenan las contrataciones porque no hay trabajadores cualificados”
4. Medidas fiscales. La industria metalúrgica reclama una bajada del impuesto de sociedades, especialmente para las pymes. Asimismo, apuestan por aumentar los plazos de amortización de las inversiones, sobre todo en I+D+i para las pymes; y que las deudas que tengan las administraciones con las empresas se puedan compensar con el pago de menos impuestos.
5. Intrusismo. En opinión de Confemetal hay algunos tipos de actividad como los instaladores, la fontanería o la electricidad muy afectados tanto por la competencia desleal interna como la externa. “No se puede permitir la entrada de material que no cumpla con los estándares europeos de calidad y medioambientales”, enfatiza Garamendi.
PD3: No acogemos a los refugiados sirios que emigran huyendo del Estado Islámico, con muchos motivos. Este entre otros:
Esto es el por qué huyen de Siria y se tienen que refugiar y ganar la vida en Occidente…
Y los refugiados, nosotros hace años, necesitan que se les traten como personas, no como números. Seguimos haciendo las cosas mal, muy mal…
ESPECTACULAR ESTATUA DEL FRANCES BRUNO CATALANO QUE SIMBOLIZA EL VACIO QUE PRODUCE EN EL SER ,EL VERSE OBLIGADO A ABANDONAR TU CASA, TU VIDA, TU TIERRA, TUS RAICES... POR CUALQUIER RAZÓN
¿A qué coño esperamos para ayudarles?